Lo nuevo

Ai no Idenshi: ¿Quitá trabajo?



En un panorama donde las Inteligencias Artificiales están cada vez más integradas en nuestras vidas, la discusión sobre la reducción de horas laborales cobra relevancia. 

Casi sin proponérselo, "AI no Idenshi", explora un universo donde las IA coexisten con los humanos, planteando interrogantes cruciales sobre el futuro laboral.

La serie, producida por Mad House y estrenada recientemente, presenta un escenario cercano a nuestra realidad, donde las IA están desempeñando labores que antes eran exclusivamente humanas. ¿Qué implicaciones tiene esto en la duración y naturaleza de nuestras jornadas laborales?

Uno de los puntos clave en esta discusión es si la progresiva presencia de IA debería llevarnos a considerar la reducción de las horas de trabajo humano. Este concepto se fundamenta en la idea de que, al liberar más tiempo para los individuos, se fomenta el aumento del consumo, generando un círculo económico virtuoso que impulsaría el comercio y, por ende, la generación de empleo.

No obstante, los argumentos a favor de esta reducción no están exentos de críticas. Se plantea que, si bien la teoría sugiere un mayor consumo como resultado de más tiempo libre, la realidad podría no reflejar ese escenario. La posibilidad de que las personas simplemente descansen o dediquen su tiempo a actividades no comerciales es una variable a considerar.

Además, existe una preocupación acerca de la eficiencia laboral. Si bien se postula que menos horas de trabajo podrían impulsar la productividad al permitir un descanso adecuado, se argumenta que la eficiencia no depende únicamente de las horas laborales, sino también de las condiciones laborales y la gestión empresarial.

Chile ha implementado progresivamente las 40 horas laborales, una medida que ha suscitado opiniones encontradas. Mientras algunos apoyan esta iniciativa, otros señalan que podría afectar la competitividad empresarial y conducir a una inversión menos atractiva.

Así llegamos a "AI no Idenshi", donde no nos ofrece respuestas definitivas, sino que plantea un dilema ético y social en torno a cómo la IA está impactando y redefiniendo el trabajo humano. Es una invitación a reflexionar sobre cómo adaptarnos a este cambio y cómo la reducción de horas laborales podría ser un arma de doble filo en un mundo en constante evolución.

Por ejemplo, en uno de los capítulos, un robot aprende a desarrollar un trabajo artesanal que los jóvenes estaban olvidando. ¿Eso es positivo para preservarlo o es un paso más hacia su descarte definitivo?

En otro capítulo, casi toda una escuela está computarizada, las clases son grabadas en vivo y reenviadas a los padres. Los tutores y preceptores son robots que evitan el contacto físico y las notas las corrije una computadora. ¿Se perderá el elemento de socialización básico que existía en las escuelas?

En última instancia, la coexistencia entre humanos e IA plantea interrogantes sobre la reconfiguración del trabajo y la necesidad de adaptar nuestras estructuras laborales a esta nueva realidad.


No hay comentarios.