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Blue Period: el arte del esfuerzo

 



La sociedad japonesa tiene (para bien o para mal) muy arraigada el concepto de la meritocracia, es decir que solo el más debe y puede alcanzae el éxito.

Esta idea es bastante criticada por personas con ideas de izquierda debido a que –según su percepción- deja de lado a las personas que no tienen la culpa de no contar con el mismo talento, beneficios y privilegios que los que si llegan.

Blue Period casi sin proponérselo juega con este concepto de la meritocracia, mostrándonos las cosas buenas y las malas de este sistema.

Al inicio de la trama, se nos presenta a Yatora, quién siempre deja asombrado a sus amigos porque no saben cómo se las arregla para seguirlos en las fiestas y en las escapadas pero mantener buenas notas en la escuela, llegando a la conclusión de que es una especie de genio.

A lo que nuestro protagonista responde que no es un genio y que solo se sienta y estudia –se esfuerza- y eso le permite esos logros.

Algo que parece hablar bien del muchacho, pero que lo tiene terriblemente acomplejado: siente que no tienen ningún talento en particular ni nada que lo apasione ni que lo motive a ahacer una vez terminada la preparatoria.

Asi que en el fondo siente que todo su esfuerzo en vano pero que no le queda de otra si quiere complir con los estandares sociales.

Es en ese punto cuando descubre casi por accidente el mundo del arte y lo liberador que puede llegar a ser como medio de expresión.

Decidiendo que va a aplicar para la facultad de arte de la Universidad de Tokio, la más selectiva, pero a su vez la única pública a la que puede aspirar.

Ahora, lo irónico de Blue Period, es que por un lado estamos hablando del arte plástico; es decir uno de los instrumentos de expresión del alma humana más antiguoa que existe y que en teoría debería ser algo "libre", pero por otro lado para que sea apreciado y perdure en el tiempo, debe gustarle a otros.

Esta contradicción está perfectamente reflejada en la serie cuando nos cuenta que para ingresar a la universidad, Yatora debe aprender un montón de reglas, estilos, herramientas y ponerlos en práctica para impresionar a los profesores.

De esta forma, ver esta serie es un ejercicio de paciencia que roza el masoquismo, debido a que duele ver como uno a uno los distintos personajes se van desmoronando ante la presión de estudiar y seguir reglas de algo que al final de todo es subjetivo y que su éxito dependerá de si su trabajo le gusta al evaluador de turno.

Yatora incluso llega a admitir que no tiene un talento para el arte, pero que de todas formas es algo que le gusta y se esfuerza hasta el punto de enfermar con tal de dar lo mejor de sí.

Nuevamente algo que impresiona a todos, pero que a él, lo deja vacío.

“Lo mío es solo esfuerzo, no puedo competir con los talentosos que sin esforzarse, alcanzan el éxito. Aunque me esfuerce y de mi 100% para intentar alcanzarlos, ¿qué pasará cuando ellos se esfuercen y den su 100%?”, se llega a decir el protagonista en un ataque de sincericidio.

De esta forma, si bien el foco está puesto en el mundo del arte y gran parte de su relato va a estar puesto en explicarte las diferentes técnicas que existen y algún dato histórico en concreto, su fuerte está en esa lucha interna por querer alcanzar algo con todas tus fuerzas sabiendo que al fin y al cabo eres solo un humano.

La serie tiene 12 episodios y abarca el primer gran arco del manga de Tsubasa Yamaguchi, que como curiosidad, al igual que su protagonista fue a la Universidad de Arte de Tokyo. De esta forma podemos asumir que algo de biográfico tiene la obra en cuestión.

El anime por su parte es de Seven Arcs, desarrollando un trabajo entre decente y muy bueno. Es una lástima que siendo el arte el tema principal de la historia la animación no se animara a jugar un poco más con los colores o diseños, pero en líneas generales cumple.

Lo bueno:

Es un buen ejemplo de lo loco y difícil que es entrar para cualquier joven japonés a las universidades publicas japonesas. En ese sentido los personajes tienen buenas personalidades y le escapan a los estereotipos onda spokon que suelen tener este tipo de propuestas.

Lo malo:

Es muy densa, sobre todo al principio, pero de a poco va ganando fuerza.

El congul:

La historia continua en el manga, pero no avanzó mucho más de los visto en el anime. Asi que tenemos de dos sopas: o anuncian su segunda temporada dentro de cuatro años o la olvidamos para siempre. Una lástima porque quedaba mucho por explorar.



1 comentario:

  1. El cine europeo que aquí en latinoamérica llega muy de vez en cuando a una sala de cine, el cine hindú que solo te venden en lugares especializados y clandestinos, las novelas asiáticas tan de moda pero no en medios estandarizados que están copados por una cultura más fuerte que se nos impone. ¡El mismo cine latinoamericano solo se ve en el país de origen! Y solo de vez en cuando nos pasan los grandes éxitos, aquello que gana grandes premios (otorgados por la academia norteamericana… aka. El Oscar) https://nhentai.top es una de las mejores webs

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