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100 animes de la década 2011/20 (100 al 96)

 Comenzó una nueva década y con eso podemos decir oficialmente que se puede armar un Top con series que marcaron a una generación entera en el periodo nada despreciable de 10 años.

En esta ocasión, se me ocurrió armar un Top de 100 series que podría definir como las mejores en ese periodo de tiempo señalado entre 2011 y 2020 (inclusive).

La idea es presentar de 5 animes por entrada para no sobre cargar y hacer un post eterno. Si bien la lista no tendrá un orden cronológico, tampoco es mi intención decir que los más cercanos a los primeros puestos son los mejores absolutos, igualmente es solo una opinión.

Para armar la lista, consideré aquellas series que no solo me gustaron a nivel personal, sino aquellas que considero que es imposible negar su popularidad, presencia y por sobre todas las cosas; arraigo en la cultura otaku.

100-Beelzebub (2011)


La serie del pandillero violento que, por azares del destino, el mismísimo señor de las tinieblas eligió para que se encargue de la crianza de su malvado retoño fue una de las pocas series nacidas de la Shonen Jump cuya comedia no daba (tanta) vergüenza ajena.

A su vez, la serie ayudaba para reflejar el cambió generacional que se dio en el concepto de “pandillero violento” en el ideario japonés moderno; Tatsumi Oga (el protagonista) es un santo si lo comparamos con los protagonistas shonen de los años 70’; En aquellos años, los pandilleros fumaban, bebían, mataban y sus “travesuras” rozaban lo hentai, algo que no aparece en Beelzebub donde los problemas son más inocentes, con mencionar que en un capitulo los personajes tienen una batalla en.... el Counter Striker.

No obstante, es un anime que en sus 60 episodios logra darle un aire fresco al concepto de los “shonen de batalla”, al incorporarle la comedia y comicidad a los clímax de los enfrentamientos con los Boss finales, donde en vez de terminar un arco con alguna batalla épica, lo terminaban con un chiste.

99-Sasami-san@Ganbaranai (2013)


Esta serie es especial por el nivel de delirio que maneja; estamos hablando de una diosa hikikomori que se escapó de sus responsabilidades y vive en un pequeño departamento gracias a que su hermano mayor (que nunca muestra el rostro) banca económicamente porque la quiere mucho.

Es difícil de entender el planteo de esta serie y maneja un nivel surrealismo que hace que quieras conocer más como es que los personajes llegaron a donde están.

Particularmente la disfruté porque es una de esas series “locas pero geniales” que seguro emitiría Locomotion si siguiera al aire. Tiene ese espíritu anárquico que solo tienen las series japonesas y que no podés encontrar en otro tipo de producciones occidentales, volviéndola una buena carta de presentación para cualquiera que quiera conocer más sobre el anime y no quedarse con las series de moda.

98-Servant x Service (2013)


Nunca fui fan de las obras de Karino Takatsu, el autor de la saga “Working!”, pero con Servan x Service logré por fin hacer click con su estilo de humor costumbrista y laboral.

Creo que la razón de que me gustó esta serie y no sus hermanas mayores es porque se aleja del concepto de comedia de situaciones con adolescentes para mostrar el mismo concepto pero con jóvenes adultos que están haciendo sus primeras armas en el mundo laboral.

Es decir, me gustan los animes de romance adolescente, pero a medida que voy creciendo/envejeciendo me termina hartando un poco el histeriqueo propios de los chicos de edad secundaria, mientras que con Servant x Service puedo sentirme más conectado por los personajes porque compartís mucho más de las cosas que les sucede en esa etapa de la vida; jefes quejones, compañeros de trabajo molestos, compaginar el trabajo con la vida personal y mucho más.

Al final, te encariñás con los personajes y sus dramas, lamentando que no se extienda más allá de sus 12 episodios.

97-Tonari no Seki-kun (2014)


Cuando conocí esta serie, la devoré en una sola noche.

Hasta el día de hoy no puedo comprender como un concepto tan simple como ver a una chica volviéndose loca de nervios porque no descubran a su compañero de banco haciendo travesuras en medio de una clase puede ser tan divertido y original.

La química de Rumi con Seki es muy buena y es doble el mérito si consideramos que este último no habla en toda la serie; todo lo que sucede es relatado por Rumi, quién sorprendentemente logra captar a la perfección lo que pasa por la cabeza de su compañero de clase.

Son 21 episodios cortitos que cerca del final se vuelven un poco repetitivos pero igualmente graciosos, siendo ese el mérito de esta serie; introducirnos al humor infantil japonés, el cual le da mil vueltas a las porquerías que los chicos encuentran hoy en día en la tele.

Como curiosidad se puede mencionar que actualmente existe un manga que funciona como secuela de este anime, donde los personajes ya son adultos y tienen que enfrentar otro tipo de problemas, más relacionado al mundo de la paternidad.

96-Koufuku Graffiti (2015)


Mi placer culposo; una mezcla rara entre el “cute girls doing cutes things”, la comida y el recuento de vida. En una época donde existían miles de animes que trataron de emular el éxito descomunal de K-on!, Koufuku Graffiti funciona porque el estudio Shaft trató de agregarle un poquito (solo un poquito) de salsa a una fórmula que ya por ese entonces estaba bastante quemada.

Antes que llegue Shokugeki no Souma, en esta serie ya se explotaba el poder casi erótico de la buena comida a la vez que buscaba darle un plus de añoranza por los recuerdos que la buena comida casera evoca a los comensales. De hecho creo que las comidas que presentan en esta serie son mil veces más apetitosas que las presentadas en Shokugeki.

No es una genialidad, pero al menos buscó plantear algo distinto a las miles de series clones de K-on! que salieron por aquellos años de adocenas.

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