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Senpai ga Uzai Kōhai no Hanashi: podría mejorar

 


Una de las “gracias” de series como Aggretsuko o Chuukan Kanriroku Tonegawa es que su humor se basa principalmente en el concepto de “gajes del oficio”, es decir en esa serie de situaciones tragicómicas que todo trabajador tiene que vivir o sufrir hasta su jubilación.

Todos alguna vez nos olvidamos un informe, nos regañaron los jefes o compartimos tiempo de trabajo con gente inoperante.

Por esta razón, los escritores o creadores de historias tienen al ambiente laboral como una fuente inagotable de ideas, además de que es más fácil empatizar con el espectador debido a que son situaciones comunes a la vida diaria.

Bajo esa premisa, uno esperaría que Senpai ga Uzai Kōhai no Hanashi (La historia de una Kohai que tiene que bancar a un sempai molesto) iría por ese lado, contando el día a día de unos simples trabajadores de oficina, pero la realidad terminó siendo un poco diferente.

Decimos “un poco”, porque algo de situaciones cómicas basadas en gajes del oficio tiene para ofrecer, pero desafortunadamente son muy pocas y casi exclusivamente las encuentras en los primero dos o tres episodios.

En líneas generales la historia quiere contar un "romance" entre la protagonista -Futaba Igarashi- con su compañero y superior; Harumi Takeda.  Entre comillas porque no es más que el tipico histiriqueo japonés de "¡n-noo es lo que parece b-aka!"

Antes de seguir tenemos que hacer un paréntesis y explicar un poco sobre el sistema “Kohai-Sempai” que existe en la sociedad japonesa.

Desde la primaria, se les enseña a los japoneses el concepto de respeto al compañero con experiencia, sobre todo si es alguien que transitó el mismo camino que estás por iniciar.

De esta forma, el “Kohai” es el estudiante o trabajador que recién inicia y el “sempai” es el estudiante o trabajador que estuvo en ese puesto o que ya tiene un grado o tiempo de experiencia.

La idea de este sistema, es que el Sempai tiene que aprovechar su experiencia para brindarle a su Kohai ayuda, consejos o contención para que su transitar por esa etapa sea más llevadera, mientras que este último le debe respeto por dichas enseñanzas.

Volviendo a la serie, Futaba es una nueva empleada en el departamento de ventas de la empresa donde trabaja (es decir es la Kohai) y Takeda es su compañero que lleva más de un año trabajando ese sector (sempai).

El chiste de la serie, es que Futaba es una chica pequeña de estatura, algo nerviosa e infantil pero que quiere mejorar su personalidad y evitar que la gente la trate como una niña, mientras que Takeda es un tipo grandote, seguro de sí mismo y que tiende a ser muy sobreprotector con sus compañeros.

Vale aclarar que Takeda no lo hace por maldad, naturalmente es una persona que se preocupa por los demás y es muy serio con respecto a su rol de sempai, lo malo es que Futaba malinterpreta estas acciones conque la ve débil, pequeña y torpe.

Si la serie se hubiera concentrado en mostrar diferentes situaciones diarias o problemas laborales a la par que la protagonista va mejorando esos aspectos de su personalidad que la acomplejan, con su Sempai indirectamente ayudánola, pero admitiendo que tiene que soltarle la mano, estaríamos hablando de una serie Slife of Life laboral muy interesante.

No obstante aquí viene el principal talón de Aquiles de la serie: la falta de creatividad para proponer situaciones o gajes laborales interesantes.

Salvo algunos intentos en los primeros episodios, el resto de la trama toma lugar en los quemadísmos lugares de la playa, el viaje a las aguas termales, festivales de verano, la salida de fin de semana, etc. Ni hablar de los episodios dedicados a los personajes secundarios que no son tan interesantes como la pareja protagonista.

De esta forma, de una serie de 12 episodios, solo los primeros tres ofrecen algo medianamente interesante, mientras que los otros nueve repiten la fórmula en contextos ya vistos en miles de otras series (y con resultados mejores).

En el fondo es una lástima porque es un anime que proponía bastante, pero que lamentablemente se quedó en la nada misma y muy difícilmente permita una revisión posterior.



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