Primera Impresión: Dr. Stone
La obra de Inagaki y Boichi finalmente se volvió anime. Ciencia versus músculo en la batalla que definirá el destino de la humanidad.
En el ambiente del manga, existe un dicho muy motivante para
iniciar esta carrera: “Mientras sea interesante, se publicará”.
El problema viene después, cuando los editores avisan que
por interesante, se refieren a “que venda y sea tremendamente popular”. Es
decir, que no cualquier historia puede ser digna de publicarse en cualquiera de
las revistas especializadas de Japón.
Sino, solo aquellas que les garanticen ingresos inmediatos a
los mandamases de la editorial.
Porque no van a esperar a que esa historia de drama
histórico y con tintes filosóficos con una pizca de crítica social que necesita
dos años para llegar a su clímax se vuelva un éxito.
Bajo ese contexto aparece el otro lema lapidario en el mundo
del manga profesional “si tu historia falla, convertila en un Battle Shonen”.
El ABC de los mangas shonen, son las peleas. Los
enfrentamientos y la auto-superación. No importa que tu manga sea un slice of life de bibliotecarios. Sino vende,
no queda otra que buscar la forma en que se arme la batalla literaria más
retorcida de la historia.
Bajo esa premisa nacieron o crecieron, a principios del
milenio obras como Naruto, Bleach, Hitman Reborn, D. Gray man, y varios más.
Aunque en los últimos años. Ese paradigma empezó a cambiar.
Y no le quedó otra a las revistas especializadas en manga –sobre todo a la
Shonen Jump- que ser más permisivos y darles un tiempito a sus mangakas para
que experimenten con sus obras.
It’s Science! Dr. Stone nace bajo este panorama, junto con otra camada de
obras que buscaban escapar al estigma de tener que mutar en Battle Shonens. Mangas
tales como The Promised Neverland, Bokuben, Act Age y varias más.
La obra nació un 7 de marzo de 2017 y se trata de un trabajo
colaborativo entre el dúo compuesto por Riichiro Inagaki (Eyeshield 21) y el
artista coreano Boichi.
El anime por su parte, debutó un 5 de julio de 2019 y es
producido por TMS Entertainment, reconocido estudio porque en los 90’ trajo
muchos animes de su catálogo a Latinoamérica, como Bt’X, Las Guerreras Mágicas,
Detective Conan.
La historia trata sobre como un poderoso y desconocido
evento a nivel mundial convierte a las personas en estatuas de piedra. Donde si
bien pueden mantener su conciencia, de nada les sirve si permanecerán de esa
forma eternamente.
Tres mil años después. Senku un joven aficionado a la ciencia
despierta y se encuentra y descubre la dura realidad de que toda la humanidad continua
convertida en piedra y todos los adelantos científicos se perdieron hace
milenios.
Por medio de su ingenio y sus conocimientos de química y
física. Logra crear una pócima para volver a la gente a la normalidad. Pero por
azares del destino despierta a Tsukasa. Un joven violento, renegado de la vida
que decide que la humanidad recibió su justo castigo y que lo mejor es
abandonar la ciencia y formar un imperio nuevo únicamente con los humanos que
considere dignos.
Eso opera contra los deseos de Senku de volver a la
humanidad, no solo al estado en que se encontraba antes. Sino recuperar el
tiempo perdido y avanzar científicamente mucho más.
Creando así el enfrentamiento entre el “Reino científico” y
el “Reino de la fuerza”.
Conflicto meramente de nombre. Porque el eje de la serie
pasa por otro lado; recuperar la ciencia perdida en un nuevo mundo
prehistórico.
Lo atrapante de Dr. Stone, no son las batallas, que son casi
inexistentes. Sino darnos pequeñas clases de ciencia.
En ese sentido es doble el mérito de la serie, porque no
escatima en dar solo pequeños experimentos sencillos para que los más pequeños
del hogar se animen a replicarlo.
Sino que se anima a experimentar con cosas más jodidas como
pólvora, azufre y demás químicos que o son explosivos o son venenosos.
De hecho, la serie comienza y termina con una advertencia de
“si bien es una obra de ficción, los procedimientos mostrados son reales y no
se recomienda hacerlos en su casa”.
Un viaje tranquilo. Recomendar Dr. Stone es una tarea difícil. Para nada es una serie aburrida y sabe correctamente mezclar
los momentos de comedia, los de ciencia y los dramáticos. Casi no existen
puntos muertos y las caracterizaciones de los protagonistas son creíbles debido
al contexto en el que se encuentran.
El problema pasa por su ritmo increíblemente lento. Como se mencionó
más arriba, el fuerte de la serie pasa por mostrarnos cómo funcionan las cosas. Desde la fabricación del vidrio, como crear electricidad. La función de ciertos químicos,
etc.
En ese sentido la serie fue pensada para durar años o
incluso décadas con esta fórmula. Así que podría calificar como un “slice of
life científico”. Que afortunadamente no desconoce sus orígenes como manga
shonen y eso permite las dosis adecuadas y necesarias de fan service, comedia y
drama. Pero si dejar ser una historia liviana y entretenida.
Que bien!
Los personajes son carismáticos, simplones. Pero al menos es creíble y agradable ver este pseudo progreso científico.
Que mal!
A veces el Senku es medio insoportable. No se entiende porqué quiere hacer lo que hace si desprecia a la humanidad. Pero bueh, al menos no es el chico Genki.
El congul tiene benzoato de Potasio
No te encariñes por el grupo principal de los primeros capítulos. Los sacan de un plumazo al rededor del capituo 4.
Que bien!
Los personajes son carismáticos, simplones. Pero al menos es creíble y agradable ver este pseudo progreso científico.
Que mal!
A veces el Senku es medio insoportable. No se entiende porqué quiere hacer lo que hace si desprecia a la humanidad. Pero bueh, al menos no es el chico Genki.
El congul tiene benzoato de Potasio
No te encariñes por el grupo principal de los primeros capítulos. Los sacan de un plumazo al rededor del capituo 4.
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